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El SEO, el SEM y el Mercado


El SEO, cuyo único fin es optimizar un sitio web para los motores de búsqueda web, y siendo que el mercado de búsquedas está copado en un 90% por Google, vamos a decir que el SEO se trata de optimizar para Google.

Y no por único no es importante, sino que es vital para todo nuestro proyecto digital.

Como Google es también único, es decir que tiene el monopolio de los buscadores en internet y además es un negocio y por lo tanto con intereses propios… se debe saber conllevar la situación de una forma en donde el sentido común es y será nuestra guía durante todo el desarrollo de nuestro proyecto.

Es decir; de forma permanente.

Esto quiere decir que Google necesita de nuestros proyectos y por lo tanto de nuestro contenido para poder mostrarlo al usuario. Pero nos necesita a todos en su conjunto no a uno en especial. De modo que si nosotros no hacemos nuestra parte ya la hara otro montón de gente y empresas que si lo hará. Con lo cual la competencia es constante.

Esto tiene como consecuencia que si alguien que quiera tener presencia en internet no la tiene en Google, por lo menos perderá muchísimo.

Y finalmente todo.

En cambio si nosotros desaparecemos de la esfera digital Google ni se enterará y no le afectará en lo absoluto. No obstante nos necesita a todos en conjunto para que la empresa pueda mostrar contenido al usuario que es lo que le después de todo le da vida a su negocio.

Un negocio en que el usuario no paga por buscar y encontrar, mientras que el interesado en ser buscado y encontrado es el que tiene que pagar.

Esto nos lleva a una aparente contradicción que no lo es en absoluto, simplemente se debe saber convivir con ambos intereses.

Es por eso también que Google enseña ambos resultados, tanto los pagados como los orgánicos.

Incluso si se llegara a exceder en sus resultados pagados ocultando los orgánicos la empresa peligraría gravemente.

Es ahí donde está el balance y la convivencia de todos.

En tiempos de las Páginas Amarillas que durante años fueron fundamentales en casi todos los países para el funcionamiento de los negocios, todos estos sabían que si querían ser visibles tenían que pagar.

Como punto de partida tenemos que ver a Google como las nuevas Páginas Amarillas si queremos triunfar en nuestro proyecto digital.

Sin embargo con una gran ventaja que no tenían aquellas Páginas Amarillas… el SEO.

Es decir; con una forma de atraer tráfico orgánico sin tener que pagar y a lo largo del tiempo. Y en donde además estas técnicas nos ayudarán a convertir más cuando de anuncios tratados se paga.

Todo lo que está correctamente ordenado y en su sitio siempre será mas digerible por el público que lo que no lo está.

Podemos ver entonces como tanto el SEO como el SEM no solo no se contradicen sino que se complementan.

Todo esto en una administración de negocio bien planeada claro está.

No por ocurrencias ni en escenarios desesperados.

Bien, una vez que entendemos más lo que podemos esperar tanto del SEO como del SEM, y la forma en que debemos convivir con Google de forma que cada quien saque su propia ventaja, viene el mercado…

Y ese es quien pone en su sitio cada cosa.

Ni el SEO, ni el SEM, ni Google, ni nadie…

Es el mercado quien finalmente ignora o actúa ante nuestras propuestas o las propuestas del cliente. Y esto es así por muy bien hecho que este realizado el SEO, por muy bien planeadas que estén las campañas de anuncios pagados en Google, que dicho sea de paso cada vez lo hace mejor a través de sus campañas inteligentes, y por muy sano que esté el ramo o el nicho en el que se presenta la propuesta.

Toda la cadena puede estropearse por el precio, por la calidad o por el trato final a la hora de tener que convertir, sobre todo si es un trato personal.

Por la mezcla de todo o simplemente por falta de interés.

Es esa parte en la que el cliente suele descargar responsabilidad en todos los componentes anteriores de la cadena menos en el suyo propio.

Es así como ocurre cuando un delantero mediocre culpa a todo el equipo al no saber concretar un gol.

Y es justamente ese punto en donde está el fracaso.

El delantero querrá cambiar a todo el equipo esperando mejores resultados.

Pero es el equipo quien debe de cambiar al delantero para lo mismo.

 


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