Para comenzar, debemos realizar una auditoría SEO completa, en el que se incluyen los siguientes elementos básicos:
Análisis de palabras clave: Revisar el estado de las palabras clave actuales y sugerir nuevas oportunidades.
Análisis de la competencia: Identificar qué están haciendo bien tus competidores y cómo puedes superarlos.
Análisis de contenido: Revisar la calidad y relevancia del contenido existente y sugerir mejoras.
Análisis de enlaces: Evaluar la calidad y cantidad de enlaces entrantes y salientes.
Optimización técnica: Revisar la estructura del sitio, la velocidad de carga, la indexación, etc.
Optimización on-page: Revisar las etiquetas meta, la estructura de URL, la densidad de palabras clave, etc.
Optimización off-page: Revisar la presencia en redes sociales, la autoridad de dominio, etc.
Análisis de experiencia de usuario (UX): Revisar la facilidad de uso y la navegación del sitio.
Análisis de tráfico y conversiones: Revisar las fuentes de tráfico, las tasas de conversión, etc.
Recomendaciones y plan de acción: Resumir los hallazgos y sugerir acciones concretas para mejorar el SEO.
Sin embargo a mi me gusta añadir un análisis más exhaustivo y por tanto añadir estos elementos:
Identificación precisa de problemas: Una auditoría exhaustiva puede identificar problemas técnicos, de contenido y de enlaces que pueden estar afectando negativamente el SEO. Un sitio aparentemente sano puede y suele tener muchos problemas de urls y enlaces rotos, canibalización, problema con las páginas canónicas, etc.
La canibalización por ejemplo, ocurre cuando varias páginas compiten por la misma palabra clave en los resultados de búsqueda, lo que puede hacer que Google tenga dificultades para determinar cuál mostrar en los resultados.
Esto es incluso natural a medida que el sitio crece. En realidad se parece un poco a la maleza que de no tratarse termina con un jardín.
Es importante monitorear de cerca las palabras clave y las páginas que las están utilizando para evitar la canibalización. Se pueden tomar medidas como consolidar contenido similar, redirigir páginas irrelevantes (301) o fusionar páginas para mejorar la relevancia y claridad de la información para los motores de búsqueda y los usuarios.
El redireccionamiento 301 es una buena práctica SEO y se considera una solución permanente para dirigir el tráfico de una URL antigua a una nueva. Es una forma efectiva de mantener la autoridad de la página antigua y evitar problemas de canibalización de palabras clave.
No obstante, es importante utilizar redireccionamientos 301 de manera adecuada y no abusar de ellos, ya que una gran cantidad de redireccionamientos puede afectar negativamente el rendimiento SEO. Es recomendable utilizar redireccionamientos 301 solo cuando sea necesario y asegurarse de que las nuevas páginas sean relevantes y proporcionen una experiencia de usuario satisfactoria.
Esto va muy de la mano con una estructura lógica de enlazado interno (interlinking).
Cuando una página nace con un buen SEO estos problemas son mucho menores si siempre se tiene control sobre el esquema de interlinking.
Por lo demás, un análisis exhaustivo nos ayudará en otros aspectos como estos:
Oportunidades de mejora detalladas: Podré hacerte recomendaciones específicas y detalladas para mejorar el SEO de tu sitio, lo que puede tener un impacto significativo en tus rankings y tráfico orgánico.
Competitividad mejorada: Al comprender mejor tu mercado y competidores, podré desarrollar estrategias más efectivas para superarlos en los rankings de búsqueda.
Optimización a largo plazo: Una auditoría exhaustiva puede servir como base para una estrategia de SEO a largo plazo, asegurando que tu sitio esté optimizado de manera continua y efectiva.
No perdamos de vista que el SEO es una carrera de fondo, en donde los resultados nunca son inmediatos.
Sin embargo son demoledores.
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